En el año 2004 tuve el gusto de conocer personalmente en la ciudad de Karlsruhe, Alemania, a Lutz Heuser, Vicepresidente Ejecutivo y Jefe Global de Investigación en SAP AG. SAP es la empresa para desarrollo de software corporativo más importante en Europa y la tercera más grande en el mundo. Yo era Director General de la Fundación Sumando para su proyecto de Educación a Distancia, y me invitaron a visitar la feria internacional de tecnología Learnetic que se desarrolla en esa ciudad, interesados además en que yo conozca lo que SAP estaba haciendo con su producto SAP Learning Solutions, la plataforma para aulas virtuales más desarrollada que yo había visto hasta entonces. El Dr. Heuser me recibió con mucha amabilidad y yo con cierta timidez le entregué de obsequio un paquete de materiales impresos para autoaprendizaje que habíamos desarrollado en Sumando. “Muchas gracias”, me dijo, “Sí los conozco, los tomo con gusto para que no tenga que cargarlos en su viaje de regreso a casa”, se expreso con una sonrisa que parecía algo sarcástica. Luego que entramos en una amena conversación sobre el interés que SAP tenía de trabajar con nosotros en Paraguay en un proyecto de e-learning, me dijo “el libro de papel va a desaparecer”, lo miré algo incrédulo y sorprendido a la vez, “en esta empresa no va a encontrar un solo papel sobre los escritorios”, agregó. Luego me llevó a hacer un recorrido por las instalaciones, y efectivamente no había un solo papel sobre los escritorios, me presentó a unos cuantos investigadores, inclusive me mostró una enorme foto que adornaba la cafetería donde se lo veía a él y su equipo de colaboradores en un hermoso bosque donde, según me explicó, cada año realizaban algo así como un retiro que era parte de la filosofía de la empresa. Pasé unos días maravillosos en esa ciudad, pese a que me tocaron días de mucha nieve y frío.
Al volver seguí con el trabajo de escribir mi libro: DE LA CARTA AL SATÉLITE, en parte con el propósito de presentar mi trabajo final de grado en la Universidad Nacional de Educación a Distancia de España, UNED. En este trabajo planteo que el libro es tecnología y explico cómo diseñar materiales para el autoaprendizaje. Uno de los profesores que lo evaluó fue el Dr. García Aretio, una eminencia en la materia en Europa, y me dio la calificación distinguido, lo cual me hizo muy feliz pues, la verdad, le había dedicado mucho tiempo y trabajo, además, mientras lo hacía recordaba lo que me dijo el Dr. Heuser y observaba como se iba difundiendo el e-leaning en el mundo, y por momentos dudé si lo que estaba haciendo era lo más acertado e innovador. Finalmente mi libro fue publicado gracias a fondos proveídos por la Embajada de EE.UU.
Hace unos días conmemoramos el Día del Libro en Paraguay, y por supuesto vi a mi amigo Carlos Martini difundiendo por varios medios de comunicación la lectura de los libros como hace acertadamente hace mucho años. Contrariamente a lo que me dijo el Dr. Heuser, el libro impreso no ha desaparecido, todo lo contrario, sus ventas han aumentado desde que se crearon los libros electrónicos y se pueden trasladar vía internet los documentos mediante formatos PDF. Además hoy en día es mucho más fácil adquirir un libro impreso gracias a servicios como Amazon que te lo deja en la puerta de tu casa. Las editoriales se han adaptado a ofrecer textos gracias a la nuevas tecnologías y sus ventas no han sido catastróficas como inicialmente se pensaba cuando se difundió mundialmente la internet. También existen estudios científicos que han puesto en duda la calidad del aprendizaje en niños mediante el uso de pantallas de ordenador o tablet comparados con el libro de texto impreso.
Hoy más que nunca sostengo que el libro sigue siendo la tecnología de punta para educar, no pesa mucho, se puede llevar a cualquier parte, algunos te los puedes meter en el bolsillo, no pierde los datos fácilmente, y no necesita pilas para funcionar. La educación se ha visto enriquecida con la invención de las tecnologías del hipertexto, propio de los sistemas de redes en internet, pero el libro impreso parece ser un formato físico que podría facilitar mucho el aprendizaje según estas investigaciones que se han hecho. Soy uno de los que más ha difundido el uso de las computadoras en las escuelas y universidades, y lo seguiré haciendo, pero estoy convencido que todas las tecnologías son válidas.
Lamento mucho que el Ministerio de Educación y Ciencias siga enfrascado en pensar que la educación no presencial se pueda hacer solo a través de medios electrónicos. Los libros para la educación a distancia siguen un proceso de diseño bastante complejo y meticuloso pero su impacto puede ser muy beneficioso, y no se requiere de tecnologías pesadas que nos hacen dependientes de grandes corporaciones y países más industrializados. Al menos por ahora puede ser una muy buena solución para países pobres como Paraguay. Por lo tanto insisto, el libro sigue siendo una tecnología de punta, no lo perdamos de vista y fomentemos su lectura, y sobre todo, démosle a los docentes y alumnos la posibilidad de usar una tecnología que conocen bastante. Eso no quita que fomentemos las TIC, yo seguiré defendiendo y difundiendo la calidad del e-learning, el uso de la informática en la escuela, pero esta noche antes de dormir, les cuento, voy a continuar deleitándome leyendo un libro impreso de Isaac Asimov, uno de mis autores favoritos de ciencia ficción.